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domingo, 25 de agosto de 2013

El Agua, elemento sagrado de la vida. PDF Imprimir E-mail
EL AGUA , ELEMENTO SAGRADO DE LA VIDA

En estos tiempos, se celebra el día internacional del Agua.  Un festejo más, un festejo menos, donde la presencia y conciencia por la vida, no se dejan ver por el materialismo del querer salir de la pobreza que nos atañe a todos, según nosotros.


La falta de este líquido fundamental, se puede ver como lo más vil y pobre de cualquier pueblo que está hundido en la peor de las miserias y que se convierten inmediatamente en el ejemplo efímero de que nunca hubo políticas de desarrollo social y sostenido.

El Agua, palabra casi sagrada, donde el hombre aún mete sus manos y logra contaminarla, con su propia mezquindad, saciando su sed de hoy, pero no la sed del mañana, como una necedad sacada de su propia existencia egoísta, como si fuera la única existente.
El Agua, valor divino que sostiene la vida , el tiempo y la existencia, sin producir otro sonido que el que lleva en si mismo a través de los Polos, los ríos, cataratas, lagos y mares, como un silencio que a todos atañe, para resguardo mismo de nuestra vida.

Todos dependemos del Agua, pero también somos víctimas del abuso y destrucción de lo vital.  Cada habitante sobre la faz de la tierra, debería declararse guardián del Agua, para sustento de las presentes y futuras generaciones, pues todos sabemos que vivimos del Agua, pero no hemos sido sus creadores.

Estamos tan acostumbrados al Agua, que no nos hemos podido percatar de que hay pueblos que sobreviven con el mínimo y que se tiene que caminar muchas distancias, para lograr tenerla entre las manos y calmar la sed.  Todo el Planeta depende del Agua  ¿Pero hasta cuando cimentaremos nuestro actuar en el razonamiento y no en la necedad?

Estamos esperanzados en conquistar otros planetas y evidenciar más vida en ellos, esperando que este maravilloso líquido exista, pero ese es el otro testimonio de nuestra testarudez de poder coexistir con nuestros semejantes y es una verdadera vergüenza, que en estos tiempos la pobreza nos rebase por un simple egoísmo.  ¿Cómo queremos trascender, si hemos hecho a otros pueblos más pobres?

Contaminar lo sagrado, es dictaminar nuestra propia destrucción.

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