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miércoles, 21 de agosto de 2013

Trabajar ¿Mandato o pretexto? PDF Imprimir E-mail
Escrito por administrador dos   
Martes, 01 de Mayo de 2012 10:35
La humanidad desde siempre, ha enfrentado la idea del sustento, generando las inimaginables herramientas para considerar una subsistencia  más o menos aceptable y es lo que se ha conocido como  trabajo.

En nuestro diario vivir, el trabajo se ha diversificado tanto en productos y servicios, con los ciertos grados de esclavitud que dicha acción conlleva y desde siempre, aunque se nombren estadistas, estrategas o políticos, etc.  Nunca se ha creado una verdadera estratégica de desarrollo de los pueblos; más bien se ha puesto una interminable lucha de clases, convirtiéndose en un campo de sobrevivencia, donde se antepone el trabajo, no como una acción de sobrevivencia, sino como un buen pretexto de explotación y esclavitud.

Claro está, la bendita acción del trabajo, marca la verdadera clase social, determina el circulo social, al cual se pertenece y la calidad de vida que llevaremos, según el acceso que tengamos con los ingresos o estipendios obtenidos, pues no es lo mismo un mundo del salario mínimo, que ser el dueño  de las ganancias y los salarios de mis compañeros, amigos y vecinos.

La ilusión de pertenecer a otro mundo, otra clase, otras marcas, nos obliga a enterrarnos en una situación casi materialista, con lo que los centavos nos lo permite, ocultándonos de una situación real, que va más allá de ocho mal invertidas horas de trabajo diario, sin darnos cuenta que lo único que estamos haciendo es perder el tiempo y ser el peor tropiezo para nosotros mismos, llevando miserias a nuestras propias casas, echándole la culpa a los gobiernos, sino al entrante, al que ya pasó.

Nos hemos conformado con una esclavitud laboral, creada por nosotros mismos y sin darnos cuenta, nos hemos ensañado con nuestro propio trabajo y lo hemos pintado de mediocridad y resentimiento y vemos nuestra acción en pro del sustento, como un agujero en espiral, donde no hay salida y no nos queda otra cosa más que condenar a nuestra propia familia a repetir, por otra generación más, los mismos e insufribles errores, que serán nuestro gran aporte a la sociedad.

Cambiar la actitud, sería la gran estrategia para comenzar de nuevo.  Provocar la excelencia en nuestra propia acción laboral, sería la siguiente acción de cambio.  Educarnos para lo que realmente nos gusta, sería lo satisfactorio para conquistar un nuevo campo de trabajo.  Integridad, sería lo más urgente para todos, pues no se trata de robar tiempo en el trabajo, sino ver la forma de cómo aportar más al trabajo que hacemos, ya que son ocho horas de trabajo diario, pero nuestro gran aporte al trabajo y a la sociedad, sin tomar en cuenta los descansos, es tratar la manera de no buscar cuanto más se puede descansar en las horas laborales, sino todo lo contrario.

Conciencia clara y preclara del empleado y empleador, de velar por el buen animo y sustento para todos y tener productos finales con excelencia para la misma sociedad que trabaja, pues si todos andamos buscando una palabra real y majestuosa para crear una norma social de convivencia humana y lograr que todos tengamos trabajo, esa palabra para mí, sería DIGNIDAD...
FELIZ DÍA DEL TRABAJO PARA TODOS.

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