| La Tierra, paciente y perfecto planeta |  |
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| Escrito por administrador dos |
| Domingo, 22 de Abril de 2012 17:18 |
Destrucción,
es lo que ha pasado por nuestras mentes por muchas generaciones
irreverentes y hostiles que en poco tiempo han dejado su huella inhumana
en este gran planeta azul, paciente y perfecto.
Desde que el ser humano sorteó los destinos y los territorios por viles ambiciones, la Tierra se ha encargado de mostrarle a todos sus hijos, las grandes bondades de la existencia, a pesar de su necedad envolvente y oscura de una total ignorancia, pretendiendo que lo que el hombre vive, siempre terminará en exterminio y que su semejante tiene que ser eliminado o reemplazado, pues no puede permanecer como su propia competencia u oposición. Prácticamente, siempre hemos tenido perdido el verdadero propósito y la razón de ser sobre la tierra. Nos hemos dado a la tarea de ir tras la búsqueda de un sustento para el futuro incierto y hemos llenado nuestras alacenas, pero no tenemos la certeza de que el mañana existirá, sin embargo, permanecemos en luchas intestinas estúpidas que no encontramos por ningún lado la lección, ni la interacción de poder salir adelante no como tribu, sino como raza, que es la que somos al final del camino, la raza humana. No obstante la Tierra, pacientemente, nos va guardando todas las lecciones que no hemos querido aprender, ni mucho menos aceptar; somos esa sal que se opone a todo tipo de sabor y tampoco ofrecemos un sabor determinado, sino nos hemos convertido en la mala opción egoísta de las generaciones del mañana, de las generaciones que serán jueces, más no verdugos de ese futuro incierto, que desde ya, estamos cargando en nuestras espaldas. En realidad, nuestro Planeta Tierra, es un planeta de conciencia divina, con todos los elementos sagrados que nos designan ser mejores seres humanos, mejores hombre y mujeres que pueden obtener una dinámica de interacción, pero aún más de una proacción, que nos conduzca a la urgente búsqueda de soluciones sustentables para remediar, lo que hasta ahora le hemos hecho al planeta. Ciertamente surge un atisbo de esperanza para proteger a nuestra Tierra, pero la verdad, es que hemos o mejor dicho, nunca hemos comprendido el actuar de nuestro Planeta Vivo, pues tampoco hemos comprendido nuestra propia existencia. Hemos actuado como primitivos malcabrestos que sostienen la lucha entre si, pero nunca una lucha clara y preclara para cuidar del lugar que nos ha permitido vivir y nos ha albergado en forma abundante. La Tierra nos habla siempre y nos cuenta sobre sus propios elementos sagrados: Perfección, podría ser el primer concepto que entendamos de este maravilloso planeta. Perfección en el tiempo, en la vida, las formas de vida, que nunca dejan de sorprendernos, a pesar del ánimo que hemos tenido todos, en querer destruir lo que nosotros nunca hemos construido. Equilibrio, es lo que nos pone en nuestra mente natural, nuestro propio planeta, describiéndose ante nosotros y mostrándonos con un millón de lenguajes los caminos que tenemos que seguir, dentro de un mundo ordenado. Belleza, un planeta que nos asombra y más viviendo dentro del mismo, con una gracia y diversidad de colores, formas, estaciones, climas y olores, demostrándonos que aunque no seamos capaces de crear absolutamente nada. Fecundidad, es lo que nos confirma la creación misma de nuestro Planeta y que nos brinda todo su potencial basto para nuestro propio disfrute, sabiendo que hay para todos y que nunca se acabará. Extensión, como la dimensión de profundidad y amplitud de distancias, donde empezamos a comprender una anchura, una profundidad y una altura, como la expresión perfecta de un Creador compasivo que con tanto Amor ha compartido con nosotros, a pesar de nuestra deshumanizada mala intención.
Tierra, nuestro Planeta amado que es sagrado en si mismo.
Feliz Día de la Tierra.
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