Recuperar niños soldados en RDC, un camino difícil |
Escrito por administrador dos |
Lunes, 02 de Septiembre de 2013 16:30 |
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grupos armados de Kivu del Norte, en el este de República Democrática
del Congo (RDC), todavía mantienen a unos 2.000 menores en sus filas,
pese a los esfuerzos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(Unicef) de recuperarlos y reintegrarlos a sus familias, infrma Taylor
Toeka Kakala (IPS) desde Goma.
Entre
enero y julio de este año, unos 1.700 niños soldados formaron parte
del programa de desmovilización y reintegración de Unicef. Pero a fines
de julio, la agencia condenó el preocupante aumento de menores
víctimas del conflicto que golpea a Kivu del Norte desde que estallaron
los combates en mayo de 2012 entre las Fuerzas Armadas congolesas y
los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23).
Basile
Bashimbe, abogado del programa de desarme, desmovilización y
reintegración (DDR) de Caritas Goma, una división de Caritas
Internacional, cree que la presencia de niños soldados en filas del M23
es solo una dimensión de un problema mayor.
Caritas Internacional es una federación de organizaciones católicas dedicada al desarrollo internacional.
“A
pesar de que la RDC es signataria de la Convención sobre los Derechos
del Niño, nuestro país figura en la ‘lista de la vergüenza’ de Fuerzas
Armadas y grupos que reclutan y explotan niños y niñas”, indicó
Bashimbe.
En
una zona donde la propaganda nacionalista, los reclamos étnicos y las
disputas por tierras y minerales alimentan la guerra, “las milicias
usan niños soldados como una fuente de trabajo vulnerable e
impresionable”, explicó.
Justin
Akili, quien participó en la redacción del plan operativo de
desmovilización y reintegración para la RDC en 2003, dijo que los
exniños soldados que regresan con sus familias, que muchas veces se
asustan de su pasado, reciben una cabra por su “reintegración familiar”.
Los que están en edad escolar también reciben útiles y dinero para seguir sus estudios hasta que obtengan el bachillerato.
Cuando IPS conoció a Maurice, de 16 años, este estaba sentado bajo un árbol, con la mirada perdida y una expresión atónita.
El
adolescente luchó en las filas de las Fuerzas Armadas y también con
grupos rebeldes antes de que lo rescataran de la milicia llamada
Nyatura, en Kivu del Norte. Esa fue su segunda desmovilización. La
primera vez lo libraron de la Coalición de Resistencia Patriótica
Congoleña.
“Las
dificultades económicas de mi familia la primera vez que regresé eran
tan duras que decidí volver a combatir”, dijo Maurice a IPS.
Lo
llevaron al Centro de Orientación y Tránsito de Nyakariba para exniños
soldados para ayudarlo a reintegrarse a la vida civil. Caritas Goma
también le dio una cabra por reunirse con su familia, pero esta se la
comió cuando se fue.
Estos
menores afrontan un doble desafío, el de comenzar una nueva vida y el
de probar que pueden vivir en comunidad. El programa DDR los ayuda a
reinsertarse en la vida social y económica mediante actividades
generadoras de ingresos o formadoras.
El
Comité Internacional de la Cruz Roja visita a cada menor desmovilizado
tres meses después de la reunificación familiar para supervisar el
proceso y evaluar su bienestar, explicó Rita Palombo, delegada la
organización en Goma, la capital de Kivu del Norte, en entrevista con
IPS.
Pero
“debido a las dificultades económicas y a la persistencia de las
milicias, los menores que combatieron tienen dificultades para
adaptarse a la vida normal, se revelan y se proponen volver al monte”,
indicó Akili.
La
Organización de las Naciones Unidas estimó en 2003 que 40 por ciento
de los combatientes de algunos grupos armados de la RDC eran menores de
edad. Ese mismo año se dijo que este país tenía a la mitad de los
130.000 niños soldados de África. En el mundo hay unos 300.000.
Unicef
señaló que, en 2006, la comisión gubernamental encargada del programa
DDR solo había desmovilizado a 19.000 menores hasta que atravesó
dificultades operativas.
Tras
la detención de algunos señores de la guerra congoleños por, entre
otros cargos, reclutar menores, la Corte Penal Internacional creó
cierta alarma que hizo bajar el número de menores desmovilizados, según
Potient Bashonga, encargado de supervisar el programa de Unicef en
Goma.
Sin
embargo, Bashimbe remarcó que la “cuestión de la reintegración
socioeconómica sigue siendo fundamental” en cada aldea donde hay menores
reclutados por el ejército congoleño o por grupos armados.
“Permití
que reintegraran a mi hijo porque me prometieron ayuda económica. Pero
no cumplieron con su promesa, con seguridad ahora vuelva a tomar las
armas”, dijo el padre de uno de los involucrados que pidió reserva de
su identidad.
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