El mejor periodismo es digital e independiente
Medios digitales independientes se levantan
en América Latina como laboratorios de un nuevo periodismo de
investigación. Pero se desarrollan junto con la incertidumbre sobre cómo
lograrán recursos para sostenerse, informa Milagros Salazar (IPS) desde
Río de Janeiro.
Estos
medios son “patrullas que garantizan una auténtica calidad del
periodismo de investigación”, según Fernando Ruiz, profesor de
periodismo y democracia en la Universidad Austral de Buenos Aires.
“No hay una receta única para lograr que seamos rentables, pero
estamos en la fase experimental, apostando por varias opciones”, como la
producción de libros y las conferencias de periodismo”, dijo a IPS el
director del periódico digital El Faro, Carlos Dada, de El Salvador.
Dada emprendió la odisea del medio propio, junto a Jorge Simán,
varios años antes de la revolución digital de la industria periodística
en este continente, en 1998. Fue una respuesta crítica a la información
que se mantenía oculta en ese país pesar de su relevancia para la vida
pública.
El esfuerzo ha tenido varios reconocimientos, como el Premio
Latinoamericano de Periodismo de Investigación, que entregaron el 14 de
este mes el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y Transparencia
Internacional.
El premio fue para la serie investigativa que reveló el pacto secreto
entre el gobierno de El Salvador y los líderes de las pandillas Mara
Salvatrucha y Barrio 18 para abatir la violencia a cambio de beneficios
penitenciarios para una treintena de jefes de esos grupos delictivos.
Pero El Faro no es un “medio replicable” en términos financieros,
dijo Dada a IPS. En sus primeros siete años, “no cobramos ni un
centavo”, añadió con la emoción de quien puede comprobar que la
perseverancia tiene su recompensa.
Como él, otros periodistas destacados han creado una decena de medios
independientes en formato digital para continuar vigilando el poder en
América Latina, mientras los espacios investigativos se reducen cada vez
más en los medios de comunicación tradicionales.
En junio, varios de estos medios independientes formaron una alianza
en Buenos Aires para reforzar la calidad del periodismo, la cooperación
mutua y la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos.
El Faro, el Centro de Investigación Periodística (Ciper), de Chile,
IDL-Reporteros, de Perú, La Silla Vacía, de Colombia, Agência Pública,
de Brasil, Animal Político, de México, Plaza Pública, de Guatemala, El
Puercoespín, de Argentina, son algunos de los medios de esa alianza.
Este año, el Ciper obtuvo una mención de honor por una serie de
reportajes que expusieron cómo lucran las universidades privadas de
Chile. Lo mismo sucedió con las investigaciones de Verdad Abierta sobre
las injusticias cometidas en la devolución de millones de hectáreas a
las víctimas de la violencia en Colombia.
Esta premiación se celebró en Río de Janeiro como parte de un
encuentro de más de 1.000 periodistas, entre el 12 y el 15 de octubre,
en la 13 Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación, la
reunión de la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo y la
Conferencia Global de Periodismo de Investigación.
El año pasado, IDL-Reporteros obtuvo uno de los tres primeros
galardones por su serie investigativa del fraude de empresas poderosas
de la pesca en Perú.
“No hay duda de que la calidad del periodismo está asegurado por estos medios”, comentó Ruiz a IPS.
Pero en estos tiempos “hay que ser tan bueno en desarrollar el
periodismo de investigación como en la gestión del financiamiento”,
resaltó.
Mientras los medios tradicionales viven una crisis imparable, tampoco
en este nuevo territorio hay un modelo de negocio replicable.
Para el periodista argentino Mariano Blejman, se trata de
“diversificar la forma de generar financiamiento y un gran valor
interactivo con el público a partir de los datos”.
Blejman lidera el proyecto Media Factory en América Latina para promover la creación de medios digitales rentables.
En su opinión, no es suficiente el uso de redes sociales para
acercarse a las audiencias, sino que hay que buscar nuevas formas a
partir de una evaluación constante de lo que mejor resulte de este
experimento.
Hay tres caminos para explotar, según el periodista rumano Paul Radu,
del Organized Crime and Corruption Reporting Project, que reúne varias
iniciativas de periodismo de investigación de Europa oriental.
El primero es hacer un uso eficiente de bases de datos con un alto
impacto en la vida de los ciudadanos. El segundo, una fuerte conexión
con las audiencias que pueden donar recursos para sostener el buen
periodismo. Y el tercero es la cooperación internacional, que sigue
teniendo el mayor peso del financiamiento de estas iniciativas.
“Son caminos que deben andarse de manera paralela y articulada. Pero
creo que la clave de todo es conectar con el público”, agregó Radu.
Giannina Segnini, jefa del equipo de investigación del diario La
Nación, de Costa Rica, considera que el futuro del periodismo se basa en
un “real trabajo en equipo” de periodistas, ingenieros de sistemas,
desarrolladores web y expertos de otras disciplinas para encontrar
historias potentes detrás de datos aparentemente difíciles de entender.
Segnini, también premiada en el concurso latinoamericano de este año,
es la creadora del primer equipo de estas características en la región.
La periodista argentina Marina Walker, vicedirectora del Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación, cree que “tratar de
pensar en un periodismo de investigación rentable no es posible” porque
demanda una considerable inversión de tiempo y de recursos. “Es muy caro
y muy lento”, agregó en diálogo con IPS.
Para ella, el periodismo independiente seguirá dependiendo en gran
medida de la filantropía. Mientras tanto, “hay que seguir probando”,
apuntó.
El ICIJ, que reúne a reporteros de diferentes regiones del mundo y
tiene sede en Washington, ha afianzado en los últimos cinco años su
trabajo con periodistas de América Latina mediante un esfuerzo
colaborativo.
Hace poco culminó una investigación global sobre el secretismo de los
paraísos fiscales que requirió procesar 2,5 millones de archivos
digitales, un volumen varias veces mayor que los de las filtraciones de
Wikileaks.
Ying Chan, del Centro de Periodismo y Medios de la Universidad de
Hong Kong, considera que el punto de partida es abrir la mente “y pensar
diferente” para seguir informando en beneficio de la población más
vulnerable.
Por ello, no cree que sea descabellado pensar en un fondo global para
el periodismo, similar a otros esfuerzos internacionales para combatir
enfermedades como el sida. En este caso se trataría de una fuente de
financiamiento para fortalecer un periodismo que contribuya a enfrentar
la corrupción y fortalecer la democracia.
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