Abejas: crónica de una muerte anunciada |
Escrito por sonia.g.ausin / 14/07/2013 / |
Domingo, 14 de Julio de 2013 18:01 |
Las abejas, esos insectos aparentemente insignificantes, tienen una importancia crucial en nuestra vida cotidiana. Intervienen en la obtención de comida, son los mayores polinizadores a nivel mundial, pero a su vez se encuentran amenazadas por el sistema de producción alimentario.
Millones de abejas mueren cada año y su población disminuye a marchas forzadas. Una crónica anunciada desde hace varios años.
Por sonia.g.ausin / 14/07/2013 /
Las
abejas se alimentan principalmente del néctar que contienen las flores
de las plantas, y al tener un cuerpo muy peludo son uno de los
principales polinizadores que existen en el mundo. El polen se adhiere a
su cuerpo y lo van transportando de una flor a otra al alimentarse.
La
abeja melífera, productora de miel, puede visitar entre 50 y 1000
flores en un viaje y puede hacer de 7 a 14 viajes por día. En una
colmena puede haber 25.000 abejas. Si hacemos las cuentas una colmena
puede polinizar 250 millones de flores en un día 1.
La
Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación de las
Naciones Unidas (FAO) afirma que “de unas 100 especies de cultivo que
proporcionan el 90 % del alimento en el mundo, 71 se polinizan gracias a
las abejas. Se calcula que la productividad debida a polinización es
de 265 mil millones de euros 2. Y para que nos hagamos una
idea de su importancia, según cifras del Departamento de Agricultura de
Estados Unidos, una cuarta parte de la dieta estadounidense depende de
la polinización de las abejas 3.
“No
es difícil entender por qué las abejas eran consideradas sagradas por
los griegos, los egipcios y los babilonios.” Javier Sanz. La voz de
Galicia 12.
Aunque
el arroz, trigo y el maíz se polinizan generalmente gracias al viento;
los cultivos de frutas y verduras fundamentales en nuestra
alimentación, como las manzanas, cebollas, brócoli, coliflor, chiles,
papaya, melón, zanahorias, higos, soja, mango, entre otras plantas
forrajeras para la producción de carne, depende completamente de la
polinización de las abejas y otros animales, como por ejemplo los
abejorros silvestres, con poblaciones muy diezmadas por nuestro modelo
de vida actual .3,4
Una
correcta polinización garantiza frutos grandes y mejor formados, y
también puede disminuir el tiempo entre la floración y la
fructificación, lo que reduce el riesgo de exposición del fruto a
plagas, enfermedades, mal tiempo, sustancias agroquímicas, y permite
ahorrar agua 4.
La
muerte de las abejas se alertaba desde hace años por asociaciones
ecologistas que poco a poco han visto como científicos se han ido
uniendo a sus denuncias. En 2011 Peter Neumann, científico del Centro de
Investigación Swiss Bee confirmo que “las colonias de abejas en
Estados Unidos han disminuido un 30%, mientras que en algunos países
europeos se ha perdido el 20% de esta población 5. Aunque
cada vez esta más claro el descenso de las poblaciones de abejas a
nivel mundial sigue sin haber un consenso sobre las causas, ni un
número apropiado de investigaciones.
A
parte de las abejas mielíferas y silvestres, no hay que olvidarse del
papel de muchos otros polinizadores silvestres, sin los cuales, también
se deduce que habría consecuencias nefastas para la producción de
comida y la biodiversidad mundial.
Según
la FAO muchas mariposas europeas corren un serio peligro de extinción
debido a la modificación del uso de las tierras y a la intensificación
de la agricultura. Entre las aves y los mamíferos polinizadores de todo
el mundo, están en peligro de extinción o ya han desaparecido por lo
menos 45 especies de murciélagos, 36 especies de mamíferos no
voladores, 26 especies de colibríes y 70 especies de aves (paserinos) 6.
“Parece
probable que sobrevivir a base de polen con una media de siete
plaguicidas diferentes tenga consecuencias” (Mullin et ál., 2010) 4.
¿Por qué se mueren las abejas?
Algunas
de las causas son el aumento de enfermedades y especies invasivas, la
contaminación del aire, las medicinas usadas en las abejas mielíferas,
que las curan de enfermedades pero quedan debilitadas a largo plazo, el
transporte de colmenas para la polinización de monocultivos y el
cambio climático. Pero según las asociaciones ecologistas el mayor
problema que existe es el modelo de agricultura intensiva actual y el
uso de agroquímicos, sobretodo de pesticidas.
La
expansión de la agricultura y el uso de herbicidas ha eliminado la
diversidad vegetal alrededor de las tierras cultivadas. Además, el
cambio climático y los monocultivos puede modificar los patrones de
floración, eliminar o desplazar plantas que eran importantes fuentes de
alimento para las abejas, o causar un “desplazamiento de las
estaciones”, en el que la floración ya no coincida con el surgimiento de
abejas en primavera 4. Las abejas se debilitan por hambruna y la exposición a químicos, enferman, se desorientan y muchas veces mueren 4.
El
uso de transgénicos también provoca polémica. “Es posible que un
cultivo modificado genéticamente resistente a herbicidas para mejorar la
producción mediante el control de malas hierbas, tenga la consecuencia
indeseada de reducir la abundancia de abejas en el campo, lo que
limitará el rendimiento del cultivo” (Morandin y Winston, 2005) 4.
Pesticidas, veneno que no distingue
Los
pesticidas son venenos que matan a los insectos sin hacer distinción
entre plagas perjudiciales o animales beneficiosos para los cultivos.
Desde
2005 se han introducido unos innovadores pesticidas denominados
neonicotinoides que se aplican en las semillas. Al germinar y crecer la
planta se introducen en su organismo de manera que cuando un insecto se
alimenta de la misma, de su néctar, polen o bebe el agua que exuda la
planta como es el caso de las abejas, se envenena.
Esta
intoxicación no tiene por qué provocar la muerte inmediata, debilita
al animal que puede enfermar, o sufrir fuertes cambios fisiológicos al
unirse su efecto con el de otros químicos. Puede desorientar a las
abejas, o hacer que pierdan su capacidad olfativa para distinguir entre
plantas y flores de las que se alimentan o aumentar el riesgo de ser
atacadas por parásitos (Varroa y Nosema), virus y bacterias. Si las
abejas obreras enferman y mueren, la supervivencia de la colmena se
complica, muchas veces muere toda la comunidad en lo que se ha
bautizado como Síndrome de Colapso de Colmenas.
Por ejemplo: la exposición de abejas melíferas al plaguicida neonicotinoide imidacloprid aumenta las posibilidades de infección del parásito Nosema. Y el contacto con el pesticida deltametrin en combinación con los fungicidas procloraz o difenoconazol provoca hipotermia en abejas melíferas. El deltametrin
afecta a una gran variedad de funciones celulares de las abejas, y
causa notables disfunciones en las células del corazón, con cambios en
la frecuencia y la fuerza de las contracciones cardiacas 4.
Greenpeace
ha identificado siete insecticidas químicos prioritarios cuyo uso
debería restringirse y eliminarse del medio ambiente para evitar la
exposición de las abejas y otros polinizadores silvestres. Los siete
insecticidas prioritarios son: imidacloprid, tiametoxam, clotianidina,
fipronil, clorpirifos, cipermetrin y deltametrin 4.
Agroquímicos: ¿Solución, riesgo o negocio?
Las
empresas agroquímicas defienden estas sustancias asegurando que no son
nocivas y alegando grandes pérdidas económicas. “Vetar los
neonicotinoides podría costar más de 100 millones según estudios citados
por la patronal fitosanitaria española” 7.
Los
neonicotinoides: clotianidina, imidacloprid y tiametoxam, están entre
los insecticidas más vendidos del mundo y suponen el 85 % del mercado
de su tipo, cuyo valor ascendía a 2.236 millones dólares en 2009. El
imidacloprid, con ventas de 1.091 millones dólares en 2009, es el más
vendido del mundo. Estos pesticidas son comercializados en Europa por
Bayer y Syngenta 4. Junto a los agroquímicos para cultivos transgénicos, únicamente permitidos en España, que comercializa principalmente Monsanto.
El
Dr. Bromenshenk fue contratado como especialista en 2003 por los
apicultores de Estados Unidos en una demanda contra la empresa BAYER,
(se sospechaba que sus pesticidas afectaban a las abejas). Pero luego se
retiró del caso y recibió una subvención de BAYER para realizar otras
investigaciones 1*.
En
cuanto a Monsanto, la gigante de los agroquímicos, compró la empresa
Beelogics, dedicada hasta entonces a luchar contra la desaparición de
las abejas 11**.
Debemos tener en cuenta los 265 mil millones de euros en productividad 4 conseguidos gracias a la polinización de
las abejas y otros insectos, que se podrían traducir en pérdidas si
desaparecen. A parte de la crisis alimentaria que se podría dar. “Las abejas polinizan dos tercios de toda nuestra comida” 8.
La
discordia proviene de una falta de investigación, y de los esfuerzos
de las empresas agroquímicas en vetar todo estudio que disminuya sus
ventas, ignorando las perdidas económicas por la falta de polinizadores
a largo plazo e incluso los problemas alimentarios y sanitarios del
uso de sus productos.
Tampoco
se invierte en las alternativas respetuosas con el medio ambiente que
podría acabar con el problema. Los cálculos de Urs Niggli, director del
Instituto de Investigaciones para la Agricultura Ecológica (FiBL) de
Suiza, son reveladores: de un presupuesto de unos 52 mil millones de
dólares anuales gastados en investigación agrícola, menos del 0,4% se
dedica a investigar y evaluar iniciativas específicamente ecológicas 4.
En abril del presente año 2013 se ha logrado una gran victoria en la conservación de las abejas con la prohibición en la UE durante dos años del uso de plaguicidas que afectan a estos insectos, concretamente los tres neonicotinoides más frecuentes 8.
Mientras
que los días 15 y 16 de julio de 2013 se debatirá en la UE la
prohibición de otro insecticida, el Fipronil, usado en los cultivos de
girasol y maíz españoles. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria
(EFSA por sus siglas en inglés) dictaminó que este insecticida plantea
“un riesgo agudo elevado para las abejas cuando se utiliza como
tratamiento de semillas de maíz”. Además, la EFSA señaló una serie de
carencias en los datos disponibles. Greenpeace pide la aplicación del
principio de precaución y la prohibición total y definitiva del
insecticida 12.
La
respuesta de los políticos ha sido lenta y aún queda mucho camino por
recorrer, pero cada vez hay más conciencia de este problema entre la
sociedad y los propios agricultores. No lleguemos al punto que
demuestre que los que tildan esta crisis como apocalíptica puedan
verificarlo, lleva anunciándose desde hace mucho tiempo y ya es hora de
reaccionar.
“Si
la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le
quedarían 4 años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba,
ni animales, ni hombres” 9. Frase que se asigna a Albert Einsten
Foto: Greenpeace
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