Powered By Blogger

sábado, 2 de noviembre de 2013

Ni tacos, ni pupusas... Aquí en Guatemala, los Shucos del Liceo

Ni tacos, ni pupusas... Aquí en Guatemala, los Shucos del Liceo
Ni tacos, ni pupusas... Aquí en Guatemala, los Shucos del Liceo PDF Imprimir E-mail
Sábado, 11 de Abril de 2009 13:45

Más que una Tradición surgida en los entornos del Liceo Guatemala, uno de los Centros Educativos más importante del país, ésta venta de panes tostados al carbón, es en la actualidad la  competencia arrolladora,  para los Restaurantes de Comida Rápida, que ya empiezan a preocuparse.

Por Antonio Moran del Cid
Fotografía
Jervin González

En un área que no va más allá de tres cuadras a la redonda, se sitúan estas ventas de comida rápida, donde el menú es tan escueto que no brinda más de cinco opciones ¡pero qué opciones!
Los Shucos, como usted sabrá querido Lector, es la palabra degenerativa de sucio, pero cuando se habla de estos Shucos, estamos hablando de una especie de Hot Dog, a mi parecer perfeccionado, pues nuestro repollo, cocinado a la chapina, acompañado también por su guacamol, que no es más que el Dip que se obtiene del aguacate y el pan  que se tuesta a las brasas del carbón, llevan su elemento principal como: la salchicha, el chorizo o la longaniza, que con unas cuantas gotas de la salsa hecha con Chile cobanero, ya no se puede resistir un poco más, la degustación de este sabor tan guatemalteco.
Es aquí, donde se confrontan muchas situaciones en primer lugar, la hora, luego el hambre, el corto tiempo, después el estacionamiento y el amontonamiento de gente, en espera de sus sagrados shucos y su Agûita.
Entran en juego las emergentes soluciones, que tienen que ver con la velocidad y la sagaz mirada, pues casi a cien metros, está un comité de bienvenida, haciendo señas del espacio para estacionar el vehículo, luego como ya se sabe, es menester buscar sombra, pues el lugar de comer será el mismo carro que nos llevó, mientras se hace el esfuerzo de estacionar entre otros carros, con sus respectivos comensales, ya le están ofreciendo la cantidad de shucos y sus opciones, cuando uno finalmente se estaciona, ya vienen a cincuenta metros los recientes pedidos, acabaditos de sacar del fuego.  
La competencia, ni se imagina, que hay un comité de bienvenida, otro de atención al cliente, otro de soporte alimenticio y otro asistente para más pedidos, o cualesquiera de las necesidades que se tengan en el momento. 
La rapidez, es otro elemento interesante, donde los anfitriones están prontos a servir, al igual cuando uno pide la cuenta, ya la tienen en la mano, sabiéndose hasta cuanto tienen que dar de vuelto y definitivamente, traen sencillo, para aceptar gustosos cualquier cantidad por propina.  Finalmente, muy educados, pero con cierto apremio, dan las gracias y se disponen a guiar a los conductores para que puedan sacar el vehículo, apurando la acción, pues ya está haciendo cola el próximo comensal con la ansiedad que provoca el estar hambriento.
Ejecutivos, vendedores, secretarias, repartidores, mensajeros, cobradores y por supuesto, los periodistas hemos logrado satisfacer estas necesidades alimenticias, amparadas por un par de buenos Shucos...
La confianza es plena, pues se puede ver que los encorbatados, ya traen ésta sobre el hombre, pues la disposición es darse una buena atracada, mientras uno esta espantando, no moscas sino vendedores de todo tipo de productos chafas o piratas, que va desde relojes, música, películas, estuches para celulares, joyas, zapatos y ropa de supuesta marca como Arman, pero a precios de quemazón. Mientras este grupo de guatemaltecos festejamos el haber vencido a los hotdogs, por verdaderos Shucos, casi no nos damos cuenta que alrededor de este entorno del sabor, donde las servilletas son de papel periódico, pero no nos importa, mientras este sabor no cambie, más que para bien y el precio continúe vigente, aunque las bolsas de valores estén por las nubes, nos sentiremos hermanados, sin prejuicios y saludándonos solo con la mirada, pues con ese pan en la mano, nos importa un pepino el querer hablar.  Hasta la próxima queridos Lectores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario